EL PROYECTO
La iniciativa nace en la histórica costanera de Puerto Montt, en pleno centro de la ciudad, en un área aproximada de 9 hectáreas y de 1,6 kilómetros lineales que van desde la Plaza de Armas, cuyo hito reconocible es el kilómetro 0 de la Carretera Austral, hasta el embarcadero de la misma costanera, que conecta a las islas Tenglo y Maillen con el continente.
Se trata de un espacio urbano simbólico, que estaba en degradación, debido a la subutilización socio-espacial, escasa integración con los bordes urbano-costero, y por la proliferación de usos indebidos, hecho que decantó en una imagen de inseguridad generalizada y la consiguiente desvinculación de la comunidad con su costanera fundacional.
En este contexto, el “Parque Costanera”, a través de su propuesta urbana y programática, nacida de la activa participación ciudadana, logró dotar de espacios significativos a su comunidad, hecho que ha convertido a este espacio urbano en uno de los más utilizados en la región.
CARACTERÍSTICAS Y VALOR INTRÍNSECO DEL PROYECTO
La intervención urbana y social logró vincular un espacio de borde mar reconocido con la trama cotidiana de la ciudad, resignificando la forma de habitar de otras épocas, en donde existía una relación socio-espacial con la costanera y sus distintos hitos geográficos (mar, islas, Cordillera de la Costa, Volcán Calbuco, Seno del Reloncaví y Parque Alerce Andino).
La inversión de 14.000 millones de pesos buscó generar cambios importantes, entre los cuales se destacan dar continuidad peatonal con circulaciones a escala de ciudad, que consideran ciclo paseo; reconocer usos históricos; generar cruces peatonales para conectar con la trama urbana; fortalecer la vinculación con hitos paisajísticos; generar espacios cubiertos adecuados a las condiciones climáticas; promover la mixtura de usos considerando áreas de deportivas y de juegos para distintos rangos etarios; dotar de nuevas áreas verdes con identidad el borde costero; activar la cultura por medio de esculturas identitarias; y dotar de mobiliario urbano, nueva iluminación, servicios de información y seguridad.
Como resultado, se obtuvieron espacios más seguros, amigables, peatonales, sustentables, accesibles e inclusivos y, sobre todo, espacios a escala humana para las familias.
RELACIÓN CON EL ENTORNO
Uno de los aspectos claves del proyecto refiere a la necesidad de vincular este espacio histórico con su contexto urbano, geográfico y social, generando conexiones físicas, visuales y paisajísticas que permitieran activar el uso cotidiano del espacio.
En el aspecto físico, mediante la circulación peatonal y ciclo paseo longitudinal, se dio continuidad al borde costero en un tramo que, con anterioridad al desarrollo del proyecto, era evitado por la comunidad. A través de conexiones transversales se vinculó el espacio del parque urbano, con puntos estratégicos del centro histórico y distintos puntos de interés local. A su vez, el proyecto funciona como un espacio intermodal, al considerar infraestructura de apoyo a las estaciones de transporte público que constituyen este tramo de la ciudad.
Desde lo geográfico, se buscó relevar la relación entre la costanera y sus hitos naturales, generándose espacios de contemplación direccionados a elementos específicos del entorno. A su vez, el proyecto de Ecopaisajismo gestó espacios adecuados para el habitar de flora y avifauna local.
Para disminuir el déficit cultural, se incluyeron intervenciones artísticas, específicamente seis esculturas de arte contemporáneo, de las cuales dos fueron seleccionadas a través de un concurso nacional, con participación ciudadana vinculante, y cuatro fueron trabajadas por un colectivo cultural, de acuerdo a lo priorizado por la ciudadanía, que consideró en su diseño promover la interacción de la obra con los visitantes en el lugar. De ello, nacieron las esculturas urbanas relacionadas con Monte Verde (“Melipulli”), pueblos originarios (“Shumpall”), provincia de Osorno (“La Dama de la Neblina”), provincia de Llanquihue (“Semillas”); provincia de Palena (“Entremuros”) y provincia de Chiloé (“Navegante”).
Así, un proceso de participación ciudadana permitió responder con pertinencia a las necesidades de usos específicos de la comunidad, generando un espacio público único que utilizan diariamente miles de personas.
SUSTENTABILIDAD Y SOSTENIBILIDAD
El diseño paisajístico buscó transformar este borde en un área verde que contribuya al sistema de cordones biológicos, dado el déficit existente en la región. Para esto, se consideró vincular la propuesta vegetal con el programa de uso del proyecto e incorporar vegetación en las tres estratas, lo cual aumentó la complejidad de la vegetación, riqueza y diversidad de aves y generó espacios para alimentación, refugio y nidificación. Con ello, además, se logró la plantación de 782 unidades de 12 especies nativas de árboles y 52.681 especies de herbáceas & arbustivas locales.
Junto con la conservación de especies arbóreas existentes, se conservaron también elementos físicos históricos de la construcción del relleno del borde costero y del desarrollo económico del siglo XX en la capital regional, creándose dentro del parque urbano un sector que alberga una grúa y locomotoras que fueron parte de la construcción del relleno donde actualmente se emplaza el proyecto, dos elementos claves que hoy se resguardan como patrimonio histórico, promoviendo así la sostenibilidad de la historia local en el espacio público.
Respecto a la conservación del espacio, en septiembre de 2023 el Parque Costanera Puerto Montt se adjudicó recursos del Programa de Conservación de Parques del MINVU por 9 años renovables, dando sostenibilidad para su mantención, seguridad, operación y gobernanza.
RELACIÓN CON LA COMUNIDAD
El proceso de diseño de este proyecto contó con la participación activa de la comunidad. De hecho, todas las zonas y la distribución programática asociadas a los usos y vocaciones del parque urbano, nacieron precisamente para dar respuestas a las necesidades y anhelos planteados por la comunidad.
Se realizaron más de 10 instancias ciudadanas a distintas escalas, contando con la participación de más de 4.000 personas de forma presencial y 46 mil de manera digital.
Desde la línea de la intersectorialidad, se desarrolló un plan de participación y relación con distintos actores influyentes del área del parque urbano, como el municipio, pueblos originarios y empresas portuarias, desarrollándose un trabajo técnico para reactivar y relacionar el proyecto con el terminal internacional de pasajeros, lográndose que próximamente el parque urbano pueda contar como un acceso internacional de pasajeros, un hecho que se espera sea de gran impacto para el desarrollo de la ciudad como polo turístico de la zona sur.